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El Banco de España destaca la necesidad de 600,000 nuevas viviendas para 2025 a pesar de la existencia de casi 4 millones de unidades desocupadas. El incremento del IBI y la promoción de vivienda pública se perfilan como soluciones claves.
Frente a un déficit pronunciado de viviendas que podría alcanzar las 600,000 unidades para el año 2025, el Banco de España resalta la urgencia de abordar esta problemática habitacional. Pese a la presencia de cerca de 4 millones de viviendas vacías o desocupadas en el país, la falta de suelo urbanizable, el incremento de los costos de construcción, y la escasez de mano de obra cualificada están complicando la situación.
La alta concentración de la escasez en provincias como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Alicante impone una mirada más detallada hacia las dinámicas locales y las posibles medidas fiscales y de política de vivienda que permitan contrarrestar las limitaciones actuales y futuras en el sector.
Entre las propuestas planteadas, se sugiere un incremento en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para incentivar la puesta en el mercado de inmuebles desocupados, así como la creación y promoción de más vivienda pública. Asimismo, la rehabilitación de aquellas unidades en mal estado aparece como una alternativa para aumentar el stock disponible.
El informe anual del Banco de España pone en relieve la alarmante cifra de viviendas vacías en el país y cómo su movilización podría contribuir a paliar parte del déficit habitacional. Sin embargo, se enfatiza en la necesidad de rehabilitar muchas de estas unidades antes de que puedan ser ofrecidas en el mercado, especialmente considerando su estado, accesibilidad y eficiencia energética.
Se propone entonces avanzar en la agenda de recuperación y refuncionalización de espacios habitacionales, particularmente aquellos localizados en zonas con menor dinamismo geográfico y con menor potencial de mercado.
Dentro de las consideraciones adicionales, se subraya la importancia de políticas de vivienda social que promuevan el alquiler a precios asequibles y la colaboración público-privada para estimular el crecimiento de un parque habitacional más inclusivo y diversificado.
El documento del Banco de España no solo analiza la situación actual, sino que también propone estrategias orientadas a incrementar el stock de vivienda pública. Para ello, recomienda la colaboración público-privada y la creación de incentivos fiscales que fomenten la cesión de suelo y la promoción de vivienda en alquiler.
La absorción eficiente de los fondos 'Next Generation EU' se vislumbra como una palanca crucial para la rehabilitación de viviendas, alineándose con los estándares observados en otras economías avanzadas.
Adicionalmente, se mencionan medidas de ajuste fiscal en el sector inmobiliario que sugieren un reequilibrio en la carga tributaria, buscando aliviar los costes asociados a la adquisición y producción de vivienda y, a su vez, incrementar los impuestos recurrentes sobre la propiedad de inmuebles.
Las recomendaciones del Banco de España no solo buscan solventar la escasez de vivienda, sino también garantizar la equidad en el acceso a la vivienda. Al mejorar las condiciones del mercado inmobiliario y la oferta de vivienda asequible, se pueden reducir las barreras para la emancipación de los jóvenes y los colectivos con menor capacidad económica.
El fomento de una política habitacional integrada y considerada como un derecho básico puede contribuir al desarrollo sostenible, la cohesión social y la estabilización del mercado de vivienda, evitando así futuras crisis de accesibilidad y asequibilidad.
